El cielo... complice silencioso de todos mis atracones solitarios, de mis vómitos, de todos esos cigarrillos en el balcón, de todos y cada uno de esos mareos que me hacen sentir tan bien, siempre flotando... y observarlo serenamente, agradeciendole cada instante vivido y todos los que aún quedan por vivir, y el mostrarnos la belleza de las estrellas, el sol y la luna...en ocasiones feliz por todo eso y otras decepcionada y deprimida por cualquier otra tontería, y pensar en la estupidez de la mente humana, en concreto de la mía... y saber que igual estoy equivocada, que la vida y el mundo no se resume a eso por lo que yo tantas veces sufro y que es ridículo emplear todo mi tiempo y esfuerzo en algo que quizás tampoco me vaya a dar la felicidad... y aún sabiendo todo ésto, seguir... sin saber muy bien por qué... sin importarme demasiado el por qué... víctima de una sociedad hipócrita, culpable de una vida monótona...

miércoles, 1 de enero de 2014

Vividores.

Soy sensible al arte, a la belleza y al dolor. Pero al dolor de la humanidad, al dolor que desprenden esas mentes vacías de creatividad y de vida, y llenas de aparentes felicidades basadas en un falso amor o una vida monótona y aburrida.

Pero todavía queda esperanza, todavía se percibe un leve atisbo de luz en los ojos de aquellos que contemplan el mundo con admiración y lágrimas de emoción, todavía queda esperanza para todos esos que viven el arte y la poesía de nuestro mundo y la comparten con los demás, sin miedo a la incomprensión y el rechazo, libres de ideales y de falsedad. Vividores.

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