Todavía pienso en él

Todavía pienso en él. Pienso en su sonrisa traviesa y sus ojos indescifrables. Pienso en su espalda y en su piel. Pienso en los días que pasamos juntos, y también en los que no. Pienso en su vida, y en la mia, y en cómo permitimos que un día hablásemos de ellas por separado.
Todavía añoro esa extraña felicidad, esa felicidad característica de una persona insegura pero enamorada, aquella que te hace sentir única, esa que te eleva a un mundo distinto, desde el que eres capaz de ver las monótonas vidas de todos los que te rodean y parar el mundo durante un instante, para respirar y verte envuelto  en la tranquilidad del ya desconocido silencio absoluto.

Y de repente, todo se derrumbó.

y entonces ocurrió. y lo sentí tan próximo y a la vez tan lejos... y al igual que cuando una hoja cae de un árbol que ni siquiera lo siente, me pareció que él también cayó. Pero eso no lo podía decir, no lo podía decir porque el optimismo era lo único que nos quedaba, porque el tiempo hace estragos, pero también cura, y esta vez esperaba que fuese así.
y el resto del mundo seguía igual, la gente se reía por las mismas tonterías de siempre, o lloraban por los típicos problemas que a mi entonces me parecían insignificantes, y me sentí ajena al mundo, distante, pero perdida en él. Me sentí sola, y egoísta por perderme en un estado de depresión que no me merecía, un estado en el que no me correspondía estar a mi. y llorar, llorar a moco tendido esperando que el tiempo lo devolviese a su estado sano y feliz de siempre, así, sin mas, como si nada hubiese ocurrido.
Porque le debo los mejores momentos de mi infancia, recuerdos compartidos entre nosotros cuatro, instantes imborrables que ahora recuerdo perfectos, y entrañables. y querría volver a entonces, querría volver a sentir esos segundos que él me regalo, esos segundos que todos ellos me regalaron.

Es bonito el invierno.

Es bonito el invierno. Salir a la terraza y sentir ese frío paralizador que te pone la piel de gallina, que te limpia la mente y te hace sentir vacía por fin. Ese frío que me recuerda a ti, a ti y a nuestros momentos, vacíos de palabras pero llenos de significado. Es bonito saber que siempre queda algo que te hace sentir bien, libre y despreocupada. Por que así pienso en ti, y cuando pienso en ti no pienso en nada más, cuando pienso en ti mi mente parece distraida, parece que el mundo se para cuando visualizo tus increíbles ojos, y me pierdo allí, en ese azul que ahora me parece infinito.

No es fácil.

Levo unos días ausente, unos días en los que ni siquiera me apetece levantarme por la mañana y simplemente respirar. 

He estado pensando en qué es lo que quiero, qué narices estoy esperando, porque objetivamente mi vida no podría ser mejor, y se supone que estoy viviendo mi mejor etapa. y no es así. Lloro sin saber por qué y estudio sin enterarme de nada. Hay personas que me dicen que puedo ser lo que yo quiera, pero lo cierto es que ni siquiera se lo que quiero ser, ni siquiera se quien quiero ser y tampoco creo saber quien soy.

En mi opinión, la vida es sencilla para aquellos que no se cuestionan nada. Es muy fácil seguir aquello que se supone que debes seguir y hacerlo bien. Es muy fácil no tomar decisiones para así no equivocarte, y es muy fácil sentir lo que se supone que debes sentir en los momentos indicados. Pero ese es precisamente el problema, hemos llegado a un punto en el que todos nos dicen que debemos hacer y nosotros no nos planteamos el hacer cualquier otra cosa, y no porque no queramos desobedecer, sino porque creemos que no hay otras opciones. 

A veces es complicado distinguir tus decisiones de las que los demás han tomado por ti. Ahora mismo yo solo estoy intentando descubrir si el ir a la universidad ha sido algo que me ha venido dado o he sido yo quien lo ha querido de verdad. y la verdad es que no es fácil, en absoluto.

Vividores.

Soy sensible al arte, a la belleza y al dolor. Pero al dolor de la humanidad, al dolor que desprenden esas mentes vacías de creatividad y de vida, y llenas de aparentes felicidades basadas en un falso amor o una vida monótona y aburrida.

Pero todavía queda esperanza, todavía se percibe un leve atisbo de luz en los ojos de aquellos que contemplan el mundo con admiración y lágrimas de emoción, todavía queda esperanza para todos esos que viven el arte y la poesía de nuestro mundo y la comparten con los demás, sin miedo a la incomprensión y el rechazo, libres de ideales y de falsedad. Vividores.